VIDAS NO EJEMPLARES
MANUEL DELGADO VILLEGAS "EL ARROPIERO"
Es el mayor asesino de la historia de la criminología española. Manuel Delgado Villegas "el Arropiero" se declaró autor de 48 muertes. No fue juzgado nunca, dado que se le ingresó en el Psiquiátrico de Carabanchel. Murió hace unos años en libertad, tras beneficiarse de la nueva legislación penal. Nacía a la vida cuando su madre la perdía por traerle al mundo. Era una fría mañana de 1943.
El hambre y la miseria de la postguerra inundaban España. Su padre, un honrado trabajador, se ganaba la vida fabricando y vendiendo golosinas caseras hechas con arrope, un líquido dulzón, negruzco y espeso que se hace con higos. De ahí el alias de "el Arropiero" que luego heredaría su tristemente famoso hijo. Al fallecer su esposa dejó la criatura al cuidado de la abuela y marchó a vivir a Puerto de Santa María, donde posteriormente se volvería a casar.
TRABAJABA DE GIGOLO Y ASESINABA A SUS VÍCTIMAS
Manuel se crió con varios parientes diferentes, que le propinaban frecuentemente palizas que le curtieron el cuerpo y endurecieron el corazón. Acudió a la escuela pero fue incapaz de aprender a leer y escribir. Mostraba un carácter bastante violento y la promiscuidad empezó a ser su norma de vida. Era bisexual. "Hacía a pelo y a pluma. Ya cuando tenía 12 o 13 años nos venía contando que había ligado a un homosexual o pisado a tal o cual niña" comentaban en el pueblo. Empezó a gozar de gran predicamento entre homosexuales y prostitutas, empezando a vivir a su costa. Su "éxito" como gigoló se debía a que padecía anaspermatismo, es decir, ausencia de eyaculación, por lo que era capaz de practicar repetidos coitos en busca de un orgasmo que no conseguía alcanzar.
A los 18 años ingresó en la Legión, donde además de iniciarse en el consumo de grifa, debiendo ser sometido a una cura de desintoxicación, comenzó a padecer ataques epilépticos (nunca se supo si fingidos o no) que le sirvió para ser declarado no apto para el servicio militar. A partir de entonces se dedica a recorrer la costa mediterránea ejerciendo la mendicidad, robando en las casas de campo y chuleando a prostitutas e invertidos. Es detenido en numerosas ocasiones por "la gandula", la famosa ley de vagos y maleantes, más tarde denominada de peligrosidad social. Jamás llegó a ingresar en prisión, dado que las convulsiones neurológicas que escenificaba lo conducían a establecimientos psiquiátricos de los que rápidamente salía. Contaba 20 años de edad cuando "el Arropiero" emprende su carrera criminal. Era l964. Hasta entonces los delitos no habían pasado de proxenetismo, descuidero, paso clandestino de fronteras, etc. Al día siguiente de año nuevo, paseando por la playa de Llorac, en la barcelonesa localidad de Garraf, se le cruzaron los cables. "Vi un hombre dormido apoyado en un muro. Me acerqué a él muy despacio y, con una gruesa piedra que cogí cerca del muro, le di en la cabeza. Cuando vi que estaba muerto, le robé la cartera y el reloj que llevaba en la muñeca. ¡No tenía casi nada y el reloj era malo!". Siete años tardó la justicia en demostrar su culpabilidad, pese a que el cadáver fue descubierto a los l9 días del crimen. La víctima, un cocinero, había acudido a la playa desde la Ciudad Condal para recoger un par de saquitos de arena para la cocina y se recostó a descabezar una pequeña siesta de la que jamás despertó. Tres años después de este asesinato volvió a las andadas, ahora en Ibiza. En un chalet deshabitado de Cam Plana, a cinco kilómetros de la capital, abandonaba el cadáver desnudo de una estudiante francesa que ese día cumplía los 21. La muchacha había acudido al lugar con un norteamericano y, tras ingerir varias dosis de LSD, éste intentó mantener relaciones sexuales, pero ella se opuso tenazmente. El yanqui, desanimado, abandonó la casa dejando la puerta abierta. La casualidad hizo que "el Arropiero" le viera salir y, pensando que era un ladrón, intentó imitarle, encontrándose con la hermosa joven dormida. Esta tampoco despertaría. Las andanzas del "vagabundo de la muerte" continuaban y en un viaje relámpago a la capital de España asesinaba de un golpe de karate al inventor del slogan "Chinchón, anís, plaza y mesón". El cadáver apareció en un recodo del río Tajuña sin pantalones, albarcas ni calcetines. "Lo maté porque le vi en compañía de una niña a la que trató de violar" fue su excusa. La siguiente víctima, un millonario vicioso. Se trataba de un barcelonés que contrataba regularmente sus servicios por el precio de 300 pesetas la sesión. Se encontraban en la tienda de muebles propiedad de este industrial, escenario habitual de sus reuniones, cuando Manuel le solicitó mil pesetas argumentando que tenía una necesidad urgente. El cliente prometió dárselas al final pero, concluido el acto, le pagó las 300 de rigor. "Por eso le pegué en el cuello con el canto de la mano y cayó al suelo. Cuando le estaba quitando la cartera se despertó y empezó a insultarme ¡él a mí!, por lo que agarré un sillón, le arranqué una pata y le di con ella en la cabeza". Después le remató estrangulándolo. Le partió el cuello. No había terminado aún el año l969 cuando cometió su acto criminal más execrable. Asaltó a una señora de 68 años, propinándole un fuerte golpe. Después la arrojó desde una altura de 10 metros, descendió en su búsqueda y arrastró el cuerpo ensangrentado hasta el interior de un túnel, donde sació su degenerado instinto sexual mientras lentamente la estrangulaba. Horrible acto de necrofilia que volvió a repetir durante las tres noches siguientes.
PRACTICABA LA NECROFILIA CON SU NOVIA MUERTA
En septiembre de l970 decidió trasladarse a vivir al Puerto de Santa María con su padre, para ayudarle en la fabricación de arropías y vender golosinas en un carrito por las calles. Pronto hizo amistad con un homosexual, con el que mantuvo secretas relaciones. "Fuimos a dar un paseo en moto y cuando íbamos a salir a la carretera general, me acarició. Le dije que se estuviera quieto, pero no me hizo caso. Enfadado, paré y le di un golpe en el cuello, despacio, pero era tan flojo que se cayó y se rompió las gafas. No respiraba bien y me dijo que lo llevara al fresco, junto al río. Allí intentó otra vez tocarme y, sin pensarlo, le solté un golpe más fuerte y cayó al fango, boca abajo e inmóvil". El cadáver fue localizado flotando a 12 kilómetros del lugar del crimen. Durante su estancia en la localidad costera entabló relación con una subnormal, muy conocida por su desmesurada afición a los hombres. Llegó a presentarla a su padre como su novia. "Salimos a dar un paseo y por una vereda fuimos al campo de Galvecito; hacíamos el amor siempre en él sin que nadie nos viera. Lo hicimos, como siempre, de muchas formas pero me pidió una cosa que me daba asco. Cuando me negué a ello me insultó y me dijo que no era hombre, pues otros se lo habían hecho". La infeliz no se apercibía de que estaba firmando su sentencia de muerte. "Entonces la pegué un golpe y, como no se callaba y me seguía insultando, le puse al cuello los leotardos que se había quitado y apreté hasta que se murió". Cuanto terminó escondió el cuerpo entre unos matorrales y regresó al pueblo. "Volví a estar con ella el lunes, el martes y el miércoles, y hubiera vuelto hoy si no me cogéis. ¡Estaba tan guapa!, ¡la quería tanto!. ¿No era mi novia?, ¿entonces no podía hacer el amor con ella lo mismo que antes?". Fue su argumentación al ser detenido por agentes de la Brigada de Investigación Criminal, el 8 de enero de l971. De los 48 asesinatos que se atribuyó –especificó que estuvo a punto de matar a seis personas más para satisfacer su apetito sexual- durante sus siniestras andanzas por Francia, Italia y nuestro país, sólo se llegaron a probar ocho, debido a su extrema complejidad, que hubiera precisado la colaboración policial a nivel europeo. Faltaron acusaciones particulares, había pocos testigos… No se llegó a celebrar la vista oral, sino que en base a la Ley de Enjuiciamiento Criminal se emitió un auto de sobreseimiento libre, por el que quedó archivada la causa y se ordenaba su internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario. El de Carabanchel fue su destino, hasta el cierre del mismo hace unas décadas. En dicho establecimiento fue examinado por expertos psiquiatras de numerosos países y determinaron que se trataba de un peligrosísimo psicópata, a causa de ser poseedor del cromosoma XYY, denominado de Lombroso o de la criminalidad. Los especialistas que estudiaron su caso coincidían en que no se le podía poner en libertad porque "es un criminal nato, un asesino que puede hacer mucho daño siempre, mientras viva". Por su alteración genética carecía de conciencia, de sentido de la culpabilidad, de remordimientos; creía que era normal, incluso cuando asesinaba. Cortocircuitados los sentimientos, lo hacía con la mayor tranquilidad: ni parpadeo, ni aceleración cardiaca, ni gota de sudor… Describió con la mayor frialdad posible cómo en Roma mató a su patrona porque se había encaprichado de él y, como era demasiado gorda, no podía abrazarla. En París se encaprichó de una joven que pertenecía a una banda de atracadores; como éstos se negaron a admitirlo en el grupo, acribilló a los cuatro con la metralleta de uno de ellos. En la capital francesa, antes de ser expulsado del país por indocumentado, mató a otra chica por chivata, estrangulándola lentamente. Prosiguió sus correrías por la Costa Azul, asesinando a una dama de unos 40 años que le llevó a su lujoso chalet ; ella se empeñó en que durmiera y él, contrariado, le machacó la cabeza con una piedra. Le robó el dinero y las alhajas. Igual que haría con un hombre que, al verlo dormido en la playa, se ofreció a que lo hiciera en su casa; tras invitarle a cenar, intentó mantener relaciones sexuales con él. Un apretado cable alrededor del cuello del anfitrión puso fin a su "generosidad". Curiosamente "el estrangulador del Puerto" aportó un dato que ayudó a la Interpol a cargarle la autoría del crimen. Recordó que, al mantener contacto íntimo con su víctima, se quedó dentro del recto de ésta el vendaje que le cubría el dedo con el que le penetró. El informe del forense recogía que, efectivamente, al hacerle la autopsia se habían encontrado unas gasas en tal lugar.
TRAS ALARDEAR DE SUS CRÍMENES, DESPUÉS LOS NEGABA
Durante las dos décadas largas de internamiento fue sometido a tratamientos por diversos expertos. A consecuencia de ello jamás volvió a mostrarse violento con otros enfermos. "En ocasiones ocurre que algún interno se mete con él llamándole estrangulador y, sin violentarse, en seguida me llama y viene a presentar la queja oportuna" - declaraba uno de los jefes del centro de Carabanchel. Bajito y de extraordinaria fortaleza, algo tartaja, se vanagloriaba de cierto parecido físico con Mario Moreno "Cantinflas", su ídolo.
Mario Moreno (Cantinflas)
La estrella de la fama.
Un sujeto enigmático y agresivo, de mente retorcida, sin escrúpulos, en cuyo diccionario no entraban las palabras perdón, piedad o remordimiento, y que alardeaba de sus hazañas delictivas. Se pasaba el día musitando: "Necesito que alguien se acuerde de mi". Con el paso de los años en el psiquiátrico, su aspecto externo tornó, pese a ser un cuarentón, en el de un anciano de cabello oscuro encanecido, ralo y enmarañado, barba hirsuta, rostro ajado y diabólico, ojos azules como el mar, fríos como el hielo y penetrantes como el acero. Pero su actitud cambió. "No he matado a nadie…" - susurraba a quien quería escucharle. Como si hubiera olvidado el casi medio centenar de asesinatos de los que alardeaba, describiéndolos con todo detalle en los interrogatorios policiales. Decía que quería curarse, trataba de recuperar la libertad. Tras el cierre del madrileño psiquiátrico penitenciario de Carabanchel prosiguió su internamiento judicial en el sanatorio alicantino de Foncalen. Con la entrada en vigor del nuevo Código Penal fue puesto en libertad, falleciendo al poco tiempo.
Ahora se acaba de estrenar una película documental sobre su vida y obra, al parecer muy buneo ya hablare de ello mas adelante.
2 comentarios:
Con la mano temblorosa te felicito por la detalladísima e interesante entrada con la que nos deleitas y nos estremeces nuevamente. LAs fotos no sé si me dejan dormir esta noche. ¿Así que existe el tal cromosoma que mencionas? Vaya un estudio detallado. ¡Fantástico, Spok! Vaya un viaje por el infierno. Un besito.
Y había yo notado esto del cromosoma en más de uno..y de alguna...pánico se mueve alrededor de nuestras vidas!
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